LONJA
La primera lonja de Barbate se ubicó en el puerto fluvial para dar servicio a la numerosa flota que en estos años de auge de la actividad pesquera descargaba en Barbate.
No se encuentra en todo el litoral andaluz un edificio, felizmente restaurado y recuperado en los últimos años, que combine tan a la perfección requisitos estéticos –destaca sobremanera su impronta naval y marinera- y funcionales, como instalación industrial que es. La construcción del nuevo puerto hizo que cayera en desuso en 1968, quedando sólo como referente de la memoria de los pescadores: la “lonja vieja”.
La primera instalación para la subasta en el puerto de la Albufera, de los años sesenta, fue sustituida por la actual, en 1996, para adaptar los requisitos de manipulación del pescado y de la subasta. En la planta baja se dispone la sala de subasta –que hasta principios del 2000 era cantada, a la baja, por duros- así como la zona de saladeros para la manipulación del pescado. Desde el año 2012 la Agencia Pública de Puertos de Andalucía gestiona la lonja y la fábrica de hielo que se ubica dentro de la misma instalación. Estamos ante una lonja con un claro predominio de los compradores mayoristas, que distribuyen el pescado local en un amplio radio de acción. Son la caballa y, sobre todo el sable, los pescados que mayor venta están generando en esta lonja en los últimos años, mientras que el pulpo de roca también alcanza en meses puntuales gran relevancia.
Las mañanas en la lonja barbateña se caracterizan por una incesante actividad. Desde las primeras horas del día, sobre la siete de la mañana, se inicia la subasta de los buques de arrastre para continuar con la venta de las capturas de la flota cerquera y de artes menores. Los barcos de cerco, si no pueden pescar en Marruecos, venden en Cádiz, por estar más próxima esta subasta a sus caladeros, lo que afecta muy negativamente al pulso económico de esta lonja y, por ende, de la sociedad local. En las mañanas se suceden pulpos, soldados, chocos o jibias para dar paso a las sardinas o caballas que con sus plateados brillos inundan la sala para finalizar con los pescados desenmallados de trasmallos y otras artes menores. Sin embargo, cuando hay posibilidad de pesca en Marruecos, la lonja adquiere un animado pulso por la tarde, con la subasta del boquerón. Actualmente los compradores llevan su propio personal para cargar y descargar cajas, sustituyendo a la tradicional colla en las tareas de manipulación del pescado.
La lonja ha sido siempre un lugar de encuentro, tanto en los viejos muelles del río como en el nuevo puerto. Sigue siendo norma las visitas de familiares, jubilados, residentes y turistas para al muelle de descarga, para disfrutar con la llegada de embarcaciones y el alijo de las capturas, esperando si cae en suerte el esperado “bolso de pescado”. Desbordando todos los sentidos, el visitante es inundado por el olor a mar, la vistosidad de las capturas, el tronar de las gaviotas sobre las embarcaciones en su entrada a puerto o las faenas de las tripulaciones afanadas en la descarga del pescado. Se trata de un microuniverso, donde las relaciones personales se entremezclan con las comerciales y donde hay códigos de comunicación no accesibles a las personas que no forman parte del mismo.
Atlas del Patrimonio Cultural en los Puertos de Interés Pesquero de Andalucía
Consejería de Fomento y Vivienda. Agencia Pública de Puertos de Andalucía
Proyectos de I+D+i 2013-2015.
Dinamización de los enclaves pesqueros del Sistema Portuario Andaluz.