PRESENTACIÓN
Conil de la Frontera representa el caso del emplazamiento que debe su origen (s. XIII) y su evolución histórica, al menos hasta el XIX, a una modalidad de pesca, la almadraba. Efectivamente, la familia Pérez de Guzmán, que se convertirá en Casa Ducal de Medina Sidonia en el siglo XV, recibió el privilegio real de calar almadrabas en estas costas, al tiempo que la tarea de favorecer su poblamiento y defensa, como ocurriría más al sur, en Zahara de los Atunes, por ser un territorio muy expuesto a las continuas expediciones piráticas desde el norte de África.
Desde entonces, la almadraba se convertirá en el sistema técnico en virtud del cual se cree un universo social y cultural, especialmente activo en la temporada del paso del atún hacia el mediterráneo, entre mayo y junio. Paralelamente, el “rey de los atunes”, como se conocía a los Duques por su empeño en pescar el atún en forma de privilegio monopolístico, tendrá en la economía almadrabera una fuente de pingües rentas, que fueron espectaculares en el siglo XVI.
Pero en Conil se labraron los campos, se aprovecharon los bienes de propios, especialmente el monte de Roche, y se fomentaron otras técnicas de pesca. Las jábegas para la pesca de sardina, que podían aprovechar las arenosas, amplias y tendidas playas de este litoral y una pequeña flota de pequeños botes, a remo, constituyeron sus pesquerías en los siglos XIX y XX, pero siempre contaron con la limitación de no disponer de un puerto de refugio. Así, tanto lanchas de almadraba, como barcas de jábega y botes tenían que varar en la playa –entonces separada del pueblo por el Salado, que da nombre al pueblo-. Cuando sorprendía un temporal en invierno, los botes habían de refugiarse en la “cala del varadero” o del aceite, al noroeste de la localidad, punto vecino de la desembocadura del río Roche, donde habría de construirse, a la postre, el puerto de Conil en los primeros ochenta.
La historia de la construcción de este puerto es la de una denodada lucha de los pescadores locales, organizados en torno al pósito primero y a la cofradía después, por arrancarle al Estado la inversión necesaria para, en principio, construir un dique de abrigo en el entorno de Roche-cala del Aceite. El ayuntamiento siempre apoyó esta iniciativa, que fue trasladada a la Administración del Estado en 1918. En 1933 se inició la construcción del dique, pero fue paralizado por la Guerra, y el proyecto fue condenado al ostracismo definitivamente en 1945. Dos nuevos anteproyectos, en 1947 y 1956, fueron desestimados. La marinería local era más eficiente, desde el punto de vista de la Administración, embarcada en las traíñas de Barbate, en las bacas de Cádiz o Algeciras o en la vecina almadraba de Sancti-Petri.
Habrá que esperar hasta 1980 para que, por fin, las demandas locales fueran atendidas, aprobándose un proyecto muy ambicioso que incluía usos pesqueros y náutico-recreativos. Sin embargo, la obra recepcionada finalmente en 1985 no pasaba de ser un dique de abrigo. En cualquier caso, durante los años noventa, ya bajo la dirección de la Agencia Pública de Puertos de Andalucía, se iría acometiendo un conjunto de reformas que fue dotando de nuevos espacios y funcionalidades a la escuálida obra original.
La conformación de la zona de servicios se inicia en 1985, cuando se construyen las naves de la almadraba, la lonja y taller de reparación de barcos, ubicados en la playa de la ensenada, al fondo de la rada. A partir de 1988 se construyen cuartos de redes y saladeros. En esos años los graves problemas que ocasionaban los aterramientos obligaron a una ampliación del dique y a la construcción del contradique, con un proyecto de mejora en 1989. En la zona de transición del primitivo morro y la prolongación del dique principal se creó una explanada, donde se ubican ahora la el muelle de descarga, la nueva lonja con fábrica de hielo, los saladeros y el suministro combustible. Se construyó el contradique, se encauzó la desembocadura del Roche y se dotó al puerto de nuevos cuartos y saladeros y de una rampa de varado. Ya en el siglo XXI se han acometido distintas mejoras de las instalaciones.
En suma, el puerto ha logrado transformar la dinámica histórica del sector conileño: de centro migrante de pescadores, se consolidará como foco de flota artesanal, de altos rendimientos comerciales, recuperando así mismo la actividad almadrabera. La flota es por completo artesanal, está modernizada, y se dedica a distintas modalidades de enmalle y al palangre de fondo en aguas del Estrecho. La mitad de su producción viene representada por el sable, el bocinegro, el borriquete, la urta y la corvina. En la zona del contradique se asienta el Club Náutico, que mira hacia la zona industrial reconociendo el dominio de los usos pesqueros, gracias en gran medida al ahínco permanente de sus pescadores.
Atlas del Patrimonio Cultural en los Puertos de Interés Pesquero de Andalucía
Consejería de Fomento y Vivienda. Agencia Pública de Puertos de Andalucía
Proyectos de I+D+i 2013-2015.
Dinamización de los enclaves pesqueros del Sistema Portuario Andaluz.