FLOTA PESQUERA
La flota de Ayamonte ha decrecido significativamente en los últimos años, pasando de unas 200 embarcaciones a las 65 actuales, que representan menos del 14% de las registradas en la provincia de Huelva. La flota está constituida por bacas de arrastre, una marrajera, cuatro chuponas o richos -dragas hidráulicas- y una gran variedad de embarcaciones artesanales que alternan distintas pesquerías de pequeña escala.
Si observamos imágenes de principios del siglo XX se comprobará que ya no queda rastro de los galeones que poblaron estas costas para la producción industrial de sardinas, cuyos armadores eran sobre todo los dueños de las fábricas y charangas. Se trataba de barcos con una espaciosa cubierta, donde dar sitio a la tarrafa y a la cincuentena de hombres de a bordo para halar el arte “a pulmón”. La concentración del esfuerzo de capitalización en estos barcos hizo que apenas hubiese embarcaciones de pequeño tamaño, pues las familias que subsistían del marisqueo en el río y los esteros podrían hacerlo a pie o en pequeñas pateras. Las traíñas, más pequeñas pero mejor mecanizadas, fueron sustituyendo a los galeones a mediados de siglo, cuando la flota se podía desplazar a Marruecos. Es el momento en que también aparecieron las parejas, los barcos de arrastre, que son los únicos de cierta magnitud que podemos apreciar hoy.
Quedan por tanto 14 bacas, modernizadas, que faenan en el Golfo de Cádiz, más otras dos que lo hacen en Portugal. El perfil es similar: barcos de entre veinte y veinticinco metros de eslora, de poliéster, con una proa adelantada y dominada por un puente de grandes dimensiones desde donde opera el patrón al mando de los aparatos. La popa queda ocupada por el carrete que toma el arte y cobra las puertas, que quedan suspendidas a popa, como elemento distintivo de este tipo de embarcación. En la cubierta de popa es donde se realizan las operaciones de clasificación de las muy variadas capturas, por tamaños y especies, de los copos de arrastre, para su posterior alijo. Estos buques se pueden observar tanto en la subasta, en el muelle de descarga del Guadiana, como en el fondeadero de Punta del Moral, donde reside la mayor parte de sus armadores y marineros.
Destaca una única embarcación marrajera, fácilmente destacable por los gallos de vivos colores que sirven de indicadores de las extensas jarcias de los palangres para la captura del pez espada, el atún rojo o distintos tipos de marrajo.
Más heterogénea es la flota de unos cuarenta botes y barquillas que alternan distintos artes menores. Sus tamaños oscilan entre los 3 y los 12 metros de eslora: una parte de ellas van al trasmallo, otra al pulpo con cangilones y nasas, y un menor número al palangrillo. La mayor parte de ellas se encuentran fondeadas en el caño de Canela o amarradas en puertos vecinos como Punta Umbría o Isla Cristina, y todavía subsiste la madera como material de construcción entre las de menor porte. Se distinguen por el tipo de aparejo de pesca que se estiban a bordo mientras están fondeadas: artes de enmalle, trampas o rastros, pues su fisonomía y estructura es muy similar. Se les sigue reconociendo con los nombres de antaño: pateras las de menor eslora y fondo casi plano; botes, las más redondeadas y con quilla y lanchas las más modernas, que han nacido ya en la era del poliéster.
La actividad marisquera de la flota está representada por cuatro “chuponas”, fácilmente reconocibles por las parrillas levantadas a proa, para la captura de la chirla y las embarcaciones artesanales que van al rastro remolcado, de número variable. A diferencia de los puertos mediterráneos, los rastros se arman aquí a popa, sostenidos sobre un pórtico.
Atlas del Patrimonio Cultural en los Puertos de Interés Pesquero de Andalucía
Consejería de Fomento y Vivienda. Agencia Pública de Puertos de Andalucía
Proyectos de I+D+i 2013-2015.
Dinamización de los enclaves pesqueros del Sistema Portuario Andaluz.