LONJA
La lonja de Carboneras se nutre principalmente de descargas de pez espada (54%), melva (el 10%) y la alacha (el 10%) (para 2013); a partir de ahí pulpo, caballa, voraz, algarín, son algunas de sus principales descargas. Pez espada, voraz y pulpo, por su parte, son las especies más valoradas de este puerto.
Es destacable que las marrajeras no están pescando atún en estos últimos años, pues la cuota a que tienen derecho –por la puesta en marcha del Plan de Recuperación del Atún Rojo- es considerada por los armadores demasiado escasa y, en consecuencia, transferida a otras empresas como las almadrabas gaditanas o la flota de grandes cerqueros de Cataluña.
Históricamente, las cuadrillas que trabajaban a la garfa cobraban, dependiendo del volumen de las capturas, una pequeña cantidad de pescado que, después de cargarlo durante largas caminatas, cambiaban por productos de la huerta en fincas vecinas como las del Tejar y los Lancones. Posteriormente los arrieros, nombre con el que aún actualmente se hace referencia a los compradores, aumentaron su presencia en las playas del Lancón, los Barquicos y los Cocones, donde se descargaban las pesqueras.
A pie de la Torre del Rayo, a la vuelta de faenar, los pescadores transportaban las cajas de capturas desde los botes auxiliares hasta la orilla. Mientras, en la playa, les esperaban los familiares y vecinos, que ayudaban con la descarga a la vez que recogían el pescado que caía de las espuertas de esparto para llevarlo, en pedazos de red vieja o canastas de cañavera, a sus casas.
Actualmente la lonja de Carboneras ve limitada su actividad porque la flota marrajera vende sus capturas en base a acuerdos existentes entre las embarcaciones y determinadas empresas mayoristas y descarga sus capturas en las lonjas de diferentes puertos del Mediterráneo. La mayor parte de esta producción se exporta hacia el mercado italiano. Sin embargo, desde 2014, algunos barcos se están animando a subastar en lonja su producción, obteniendo por el momento mejores resultados. Garrucha absorbe también una parte de la producción de la flota de artes menores.
El trasiego llega al puerto con las pequeñas embarcaciones artesanales. Esta flota, a diferencia de la marrajera, va a la pesca cada día. En cada temporada se depositan distintas especies en el cantil del muelle: salmonetes y pulpos a partir de junio; pijotas durante todo el año; melvas de derecho, lechas y palometas en primavera y verano; melvas de revés, albacoras y bonitos desde octubre y diciembre y, según la temporada de palangrillo, de brótolas, merluzas, safíos y pargos.
Las embarcaciones de artes menores, a la vuelta de faenar, dedican horas a desmallar el pescado. La ingeniosa labor del desmalle necesita de habilidad para sacar las capturas enredadas sin dañarlas y limpiar la red de suciedad, de algas y de otras capturas no comerciales. Especial ingenio requiere desmallar los chocos y salmonetes del trasmallo, red que precisamente atrapa los peces al quedar enredados entre los tres paños que conforman el arte.
Una vez clasificadas, organizadas en cajas por especies y tamaños, y supervisadas por la autoridad portuaria, las capturas de la flota artesanal se desplazan en furgonetas isotermas a la lonja de Garrucha, donde los pescadores carboneros comparten subasta con los de la población vecina, esperando cada día vender el pescado a un precio que compense las horas de dura faena en la mar y en tierra que implica la larga jornada marinera.
Atlas del Patrimonio Cultural en los Puertos de Interés Pesquero de Andalucía
Consejería de Fomento y Vivienda. Agencia Pública de Puertos de Andalucía
Proyectos de I+D+i 2013-2015.
Dinamización de los enclaves pesqueros del Sistema Portuario Andaluz.