CALETA DE VÉLEZ

REDES Y PERTRECHOS

Las artes y los pertrechos depositados en los muelles de este recinto portuario son muy numerosos, diversos y visibles, como consecuencia del elevado tamaño de la flota de Caleta y de la variedad de sus embarcaciones.

Redes de cerco amontonadas en el muelle.

Redero de artes de cerco.

Redes de arrastre.

Detalle de los flotadores de la relinga superior de una rede de arrastre.

Las redes de arrastre están compuestas por numerosos paños de colores azules o verdes y rematadas en los copos blancos.

Artes de enmalle.

Rastros con copos utilizados para la concha final, la almeja o la coquina.

Pucheros utilizados para el pulpo.

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En los muelles se amontonan las redes de traíña cubiertas con lonetas o con los propios copos para proteger los artes y que atraen por el llamativo juego cromático entre sus paños rojizos y marrones y la relinga de los corchos rojos y blancos.

Las redes de arrastre, compuestas por numerosos paños de colores azules o verdes y rematadas en los copos blancos, se extienden longitudinalmente, para que el curioso pueda apreciar las diversas partes que constituyen este complejo arte, en función de su longitud, del fondo en que se calan y de las especies a las que van dirigidas. Las dos bandas o alas, divididas en dos fajas, terminan en el saco, constituido de varias partes, que quedará abierto cuando esté sumergido gracias a los flotadores de la relinga superior y al burlón lastrado con plomos de la inferior. Este conjunto de redes que constituye el saco termina en la corona, capirote o copo. Para imaginar la funcionalidad de este arte, el espectador ha de adivinar que las alas terminan en calones, los cuales se unen al barco por medio de cables gruesos denominados malletas, y que para mantener el arte abierto se utilizan unas placas de hierro o acero denominadas puertas, que penden de las popas de los arrastreros.

Por su parte, en el muelle donde amarran los marisqueros, las artes y pertrechos se disponen en los “corralitos”. Pueden ser nasas o pucheros de plástico y diversos colores para el pulpo; rastros, con sus copos azules y verdes para la concha fina, la almeja o la coquina; o trasmallos para los peces y mariscos; melveras para los pequeños túnidos como la melva y el bonito. Estas artes se agrupan con sus pertrechos: peines, rezones, cabos, flotadores y otros útiles.

En el extremo de poniente y al aire libre o en los propios cuartos de armadores se almacenan algunas artes en desuso que constituyen verdaderos tesoros y reflejo de las técnicas de pesca del pasado. Así, los boliches, jabegas o sardinales que se guardan son valiosos contenedores de los conocimientos de las gentes del mar transmitidos entre generaciones y hoy en desuso.