FUENGIROLA

FLOTA PESQUERA

La flota con puerto base en Fuengirola está compuesta por 57 embarcaciones, de las que 43 están dedicadas a la pesca con artes menores.

Flota de cerco y de arrastre

La flota de Fuengirola está compuesta por 57 embarcaciones, de las que 43 están dedicadas a artes menores, 10 arrastreros y 4 traíñas.

Arrastrero entrando en el puerto

Arrastrero entrando en el puerto.

Arrastrero de fondo de madera

Los arrastreros destacan por sus popas ocupadas por las puertas.

Cerquero

Existen cuatro traiñas dedicadas a la pesca de cerco.

Vista de la popa de un cerquero

Vista de la popa de un cerquero.

Bote de luz o lucero

Bote de luz o lucero.

Embarcación de artes menores

Embarcación de artes menores.

Embarcación de artes menores

Las marisqueras, suelen ser muy pequeñas con cabida para dos o tres personas a lo sumo y se pueden reconocer por el pórtico o pescante a proa.

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El resto lo conforman diez arrastreros y cuatro traiñas dedicadas a la pesca de cerco, aunque de esta última modalidad superan la veintena las embarcaciones con diferentes puertos base y que ocasionalmente desembarcan sus capturas en el puerto de Fuengirola.

Esta flota conserva aún numerosas embarcaciones de madera en la modalidad de artes menores a pesar de que en los últimos años muchos pescadores han optado por el cambio hacia la fibra de vidrio en la construcción de sus barcos. Estas embarcaciones, que reciben el nombre de marisqueras, suelen ser muy pequeñas con cabida para dos o tres personas a lo sumo. Se pueden reconocer por el pórtico o pescante a proa, aunque también pueden estar equipadas con otros elementos como viradores para artes de enmalle.

Los arrastreros destacan por su reciente construcción, con las popas ocupadas por las puertas. Al igual que las traíñas han renunciado a la madera como elemento de construcción de sus cascos, optando por la fibra de vidrio.

Las playas de Fuengirola, en particular la de Los Boliches, fueron históricamente varadero de las jábegas y sardinales. Como explica Luis Bellón (1950), las barcas de jábega tenían entre siete y nueve metros de eslora y solían llevar ocho remeros y un timonel, siendo muy característica la percha o pértiga con la punta de metal, que ayudaba a mantener en equilibrio la embarcación cuando se encontraba a pie del rebalaje. Su perfil era característico por la prolongación del botalón (en el que se solía esculpir una cabeza de serpiente), por la elegante línea curva de su popa, así como por las maniquetas (un juego doble de piezas de madera, verticales, en la zona de proa para sujetar el rezón). En la actualidad aún podemos contemplarlas varadas en algunas playas malagueñas a pesar de que no faenen, destacando por sus vivos colores y por los ojos pintados y otras figuras, de tinte costumbrista, en sus amuras, pues se utilizan en competiciones deportivas. Como entonces, carecen de cubierta.

Las embarcaciones para el sardinal se denominaron barcos o barquillas, de entre seis y ocho metros de eslora. Se aparejaban con la vela latina (triangular), si bien también se podían propulsar al remo (7), hasta que empezaron a instalarse pequeños motores, en los años cuarenta. Su perfil sobresalía por una roda alta y elegante en la proa. También quedaban sus amuras adornadas con ojos, que parecen, en origen, tener un sentido apotropaico: alejar amenazas y peligros, consiguiendo así la protección de la divinidad. Se arguye que la presencia de estos adornos representan el origen fenicio y griego de estas embarcaciones, pues en la Antigüedad estaba extendido su uso.

Atlas del Patrimonio Cultural en los Puertos de Interés Pesquero de Andalucía

Agencia Pública de Puertos de Andalucía Universidad de Sevilla Unión Europea

Consejería de Fomento y Vivienda. Agencia Pública de Puertos de Andalucía

Proyectos de I+D+i 2013-2015.

Dinamización de los enclaves pesqueros del Sistema Portuario Andaluz.