OTROS HITOS VINCULADOS A LA PESCA
En la playa de La Atunara, entre el puerto, la Iglesia del Carmen y la silueta del Peñón, son numerosas las embarcaciones tradicionales que, con vistosos colores, varan en la playa. Todavía se conservan los antiguos tornos desde los que se realizaba la operación de varado de las embarcaciones desde el resbalaje y que antiguamente eran tan comunes en todas las playas mediterráneas.
Por tanto, estamos ante un reducto de un paisaje prácticamente marengo extinto en el resto del litoral andaluz, gracias a las operaciones de dos jábegas, testigos del sistema de pesca del que vivieron históricamente numerosas familias linenses. La jábega da nombre a una embarcación a remo y a un arte de pesca de arrastre y tiro desde la playa, que a pesar de estar prohibido desde los años ochenta, se mantiene presente evocando el valor del trabajo colectivo de un arte “socorrido” en tiempos de “hambre y miseria”. Según cuentan las gentes del lugar, el mantenimiento de esta zona de fondeadero en la playa de La Atunara, es fruto de la reivindicación social de entidades del barrio.
El barrio de La Atunara ha permitido generar desde antiguo una identidad social relacionada con la pesca. De hecho, su existencia es anterior al municipio que desde 1870 lo alberga (La Línea de la Concepción), y su urbanización reciente se relaciona con la fortificación de la frontera con Gibraltar ya en el s. XVIII (fuerte de artillería Atunara). A pesar de haber sido sometido a diversas remodelaciones, mantiene una fisonomía singular constituida por un entramado de pequeñas callejuelas y pasadizos de casas bajas de una sola planta y de diversos colores (singular ejemplo de arquitectura popular). Antaño eran de madera y mampostería, blancas de cal, con un contrapunto de color en tejas, zócalos, celosías de ventanas y puertas. Esta desordenada y laberíntica trama de callejones estrechos encierra una fisonomía de difícil réplica en otros puntos del litoral andaluz.
La Atunara es un barrio de pescadores con mucha actividad social vinculada muy directamente a su puerto: grupos de gente sentada charlando en las puertas de las casas o de los bares, pequeños comercios en los bajos, vendedores ambulantes de pescado, residentes de todas las edades paseando. En los meses estivales, balcones y calles se convierten en secaderos de volaores que, secados al aire, generan olores y estampas sobre las que se construye la memoria del lugar.
Hoy en día, el sentimiento de identidad vinculada a la pesca se articula mediante entidades y asociaciones constituidas en torno a la plataforma "Atunara Vive", que reivindica que se declare este espacio urbano como Bien de Interés Cultural.
En el barrio de La Atunara se ubica la parroquia de Nuestra Señora del Carmen, patrona de los pescadores y del barrio de La Atunara. Mirando hacia el peñón de Gibraltar, la iglesia se sitúa entre la línea de casas de pescadores más antiguas y la playa de La Atunara, fondeadero tradicional de embarcaciones y donde aún hoy varan algunas jábegas y botes tradicionales.
Adquirió su actual fisonomía en 1944. La parroquia había sido un almacén de pescado frente al cual, en lo que actualmente es la plaza de la Iglesia, se ubicaba la antigua lonja, mostrando cómo el uso de los edificios va cambiando históricamente, aunque sigan girando en torno a la actividad de la pesca, cimentando la memoria y la identidad colectivas. Según recuerdan los miembros de la plataforma “Atunara Vive”, esta iglesia ha sido uno de los principales puntos de encuentro del barrio y alguno de sus párrocos ha tenido un papel crucial en la formación de sus gentes. La parroquia alberga las imágenes de Nuestra Señora del Carmen y del Cristo del Mar. La primera sale en procesión en la fiesta de la Virgen del Carmen y la segunda el Viernes Santo.
Atlas del Patrimonio Cultural en los Puertos de Interés Pesquero de Andalucía
Consejería de Fomento y Vivienda. Agencia Pública de Puertos de Andalucía
Proyectos de I+D+i 2013-2015.
Dinamización de los enclaves pesqueros del Sistema Portuario Andaluz.