Se va vendiendo conforme entran los barcos, el mercado, el que llega antes lo quiere el mercado, se nota diferencia una hora antes o después. En la lonja está dividido el espacio para la venta. Hay una zona para el cerco que el pescado viene preparado, en paños, con agua helada y la hacen en cajas, se subasta de modo informático y se compra el pescado. La zona de cerco es la más grande. Después tenemos la zona de arrastre, que aquí sí que hay una grada y por la cinta entra el pescado. Y está es la zona de chirla, el barco lo echa aquí, pasa por su zaranda que es el marisco reglamentario y el que cae por abajo. Siempre las zarandas que vienen a bordo son más chicas, entonces algo entra... Y lo que cae abajo se replanta, se vuelve a llevar al mar y se vuelve a replantar y se hace la subasta, se saca, la parte a los compradores y la parte de venta directa, como por ejemplo a Mercadona, Carrefour. Y se le prepara a los compradores y vienen a recogerlo. El porcentaje es un 30% de la ventas de chirla a grandes superficies y un 70% a la venta con mando. Cuando se vende el arrastre desde fuera de la lonja, en instalaciones arriba de la lonja, hay una pantalla donde se puede comprar.
Mateo López, encargado o jefe de Lonja de la Cofradía de Pescadores