PESQUERÍAS
La modalidad de cerco y las dragas hidráulicas son las pesquerías más características del puerto de Punta Umbría aunque coexisten con otras importantes modalidades. La chirla, el boquerón y la sardina son las especies más representativas de su lonja y las que aportan casi el 90% de los ingresos.
Históricamente, la captura de la sardina y la chirla ha estado muy presentes en la vida de la localidad y sus ventas supusieron el primer despegue económico de Punta Umbría. A principios del siglo XX, las sardinas se capturaban con las jábegas y lavá(da)s desde la playa; posteriormente fue el turno de los galeones tarrafeños a vapor de los primeros industriales que se instalaron en Punta Umbría y que llegó a contar con una fábrica de sardinas en salazón. A partir de los años treinta, la chirla fue sustituyendo en importancia a la sardina, que prácticamente había desaparecido de los caladeros, hasta el despegue de la pesquería de la chirla en los años setenta, con lanchas equipadas con rastros. La sobreexplotación abocó a los pescadores de rastro a reorientar su estrategia hacia la pesca al cerco de la caballa o a las artes menores, que en la actualidad siguen conviviendo con el resto de las pesquerías.
En la actualidad se vuelve a capturar tanto la sardina como la chirla en los caladeros próximos a Punta Umbría, pero con embarcaciones y técnicas muy evolucionadas y contemplando la protección de estos caladeros mediante parada biológicas. Las traíñas de cerco logran sus mejores resultados para la sardina en los meses de verano, alternando el resto del año con boquerón, caballa y roncaor. Tiene parada biológica en los meses de diciembre a enero, como en el conjunto del caladero atlántico andaluz.
La chirla es capturada con las actuales dragas hidráulicas, las chuponas. Su parada biológica es obligada en los meses de mayo a junio, si bien han de afrontar paradas intermitentes debido a la producción de toxinas por parte de los bivalbos.
Subsiste también un segmento de parejas para el arrastre. Sus caladeros y estrategias dependerán de la climatología. Como cuentan los pescadores, cuando hay viento se pesca “por tierra”, capturando principalmente langostino y choco, y cuando hay “bueno” se pesca “más profundo”, capturando principalmente gamba y pulpo.
Las artes menores tienen un ciclo anual más complejo, ya que van alternando en cada embarcación diferentes artes en función de las épocas del año y las especies objeto a las que se dediquen. Los trasmallos faenan en caladeros muy próximos a la costa para la captura de lenguados, langostinos, acedías, chocos y pescado de escama como corvineta, breca y dorada, entre otros. En verano se cala la red de langostino, en invierno el trasmallo para el choco y el trasmallo de tanza para la acedía y el lenguado. Cangilones (alcatruces) y nasas se dedican principalmente al pulpo, que es especie de arribazón.
Los mariscadores de a pie son otra singularidad de este enclave costero, marisqueando tradicionalmente en las orillas de estas playas y en las del Parque Nacional de Doñana, constituyendo una actividad de subsistencia. La captura de la chirla y la coquina es la fuente de sus ingresos. Esta actividad se encuentra en la actualidad fuertemente regulada aunque en el pasado era habitual que tras los temporales pescadores de todo tipo y sus familiares acudieran a las playas a mariscar.
Atlas del Patrimonio Cultural en los Puertos de Interés Pesquero de Andalucía
Consejería de Fomento y Vivienda. Agencia Pública de Puertos de Andalucía
Proyectos de I+D+i 2013-2015.
Dinamización de los enclaves pesqueros del Sistema Portuario Andaluz.