ADRA

PRESENTACIÓN

La economía de Adra ha estado ligada tradicionalmente al sector pesquero y al mundo marítimo. Fundada en el siglo VIII a. C., fenicios y púnicos la convirtieron en enclave comercial. Los romanos reafirmaron la centralidad de Adra en el Mediterráneo con el transporte de salazones de pescado y las famosas salsas, como el garum, elaborado con vísceras de pescado condimentadas, y destinado a las élites del imperio en la zona oriental.

Puerto de Adra

Vista del puerto de Adra.

Atlas Marítimo de España 1782

Atlas Marítimo de España. Rafael Mengs. 1782.

Fondeadero de Adra 1813

Fondeadero de Adra. 1813.

Ortofotografía 1956

Ortofotografía de 1956.

Ortofotografía 1977

Ortofotografía entre 1977 y 1983.

Ortofotografía 2010

Ortofotografía entre 2010 y 2011.

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El intercambio de productos entre sierra y mar ubicó a Adra como un importante puerto en el Poniente almeriense. Con la instauración del cultivo y la exportación de la caña de azúcar a partir del 1577 se reactivaron tres siglos de privilegiada relación con los puertos del Mediterráneo. En el siglo XIX Adra vive la plenitud minera y metalúrgica, hasta su declive a principios del siglo XX, que dio lugar a una emigración de la población abderitana. En este contexto de crisis empieza el proyecto de construcción de un puerto que reactivaría la economía de una población en decadencia.

Hasta inicios del siglo XX, en Adra había dos fondeaderos naturales para las embarcaciones. La rada de Adra se situaba a Levante de la localidad, en la desembocadura del río. Debido a su exposición a los vientos y al efecto de las corrientes, eran frecuentes los hundimientos y naufragios. El segundo fondeadero, el Portezuelo (Viejo), utilizado por buques de poco calado, se situaba en la ensenada formada por la desaparecida Albufera Ancha.

El puerto de Adra tiene su origen en un pescante de madera, a modo de muelle, construido a mediados del siglo XIX por parte de la fundición San Andrés. El inicio de las obras del puerto, en 1911, dio solución al problema del varado y abrigo de las embarcaciones, de modo que despegó la actividad pesquera. Adra se convirtió en foco de atracción de jornaleros del campo y de pescadores de zonas vecinas donde no había puerto, como Balerma. Así mismo, las obras portuarias demandaron un empleo masivo de mano de obra, y surgieron nuevos empleos relacionados con los itinerarios de cabotaje que unían los puertos españoles.

Natalio Rivas, el impulsor del proyecto, no llegó a ver acabada una obra que necesitaría una centuria para verse culminada. Entre 1909 y 1971 fueron redactados un total de 38 proyectos constructivos, algunos de ellos nunca aprobados. Las vicisitudes sociales y políticas del siglo XX y estudios deficientes de las corrientes marinas dificultaron la culminación de esta obra.

Desde principios de siglo, jábegas, sardinales, palangreros, parejas y mamparras -precursoras de las traíñas (cerco)- constituían la flota abderitana. La flota de cerco sería la protagonista del siglo XX en el puerto y sus capturas, caballas, jureles, melva, sardinas, darían lugar a una pujante industria conservera, encabezada por la fábrica Santa Isabel, cerrada en 1996. Con el cierre de los caladeros de Marruecos, desde los años setenta,una primera respuesta es la movilización hacia caladeros del Mediterráneo (Alicante, Castellón). Progresivamente, pierde su importancia la flota de traíñas, pero se revitaliza la flota artesanal y la flota de arrastre, introduciendo variedad y calidad en la lonja local. Hoy la pesca convive con la agricultura intensiva de invernaderos y con un incipiente turismo que apuesta por la puesta en valor de los testimonios de la tradición pesquera de la localidad.

“El gran deseo primero sería tener un buen caladero..., el patrimonio es tener el caladero... ese es el principal patrimonio. Lo importante es que sobrevivan los puertos... la continuidad de la pesca. Lo importante son los caladeros y las personas... ese es el verdadero patrimonio que se debería conservar” (Paco Toledano, miembro de PROMAR y trabajador de APPA).

Desde 2008, el puerto ha conocido una significativa remodelación que separa la zona pesquera de la náutico-deportiva, incrementa el número de atraques deportivos (casi 300, que se suman a los 180 del Club Náutico) y pretender fortalecer la vinculación puerto-ciudad.

Atlas del Patrimonio Cultural en los Puertos de Interés Pesquero de Andalucía

Agencia Pública de Puertos de Andalucía Universidad de Sevilla Unión Europea

Consejería de Fomento y Vivienda. Agencia Pública de Puertos de Andalucía

Proyectos de I+D+i 2013-2015.

Dinamización de los enclaves pesqueros del Sistema Portuario Andaluz.