VARADERO
Las embarcaciones varadas sobre puntales y camas muestran la parte escondida del iceberg, que, por debajo de la línea de flotación, resulta indispensable para la navegación.
Con el varado en seco se puede ver el casco, el desnudo cuerpo del navío que permite el lucimiento de aparejos, vergas, palos, jarcias y velas del buque; o de los útiles y maquinaria de pesca. La quilla, la pieza estructural, que longitudinalmente discurre robusta de popa a proa, sirve de ligazón y asiento de las piezas que forman el armazón del buque. Columna vertebral del navío, en ella se encastran las cuadernas, costillas del buque, la roda y el codaste, piezas estructurales que prolongan la quilla reforzando por proa o popa el casco de la embarcación. Finalmente el timón, pieza móvil instalada en la popa de la embarcación que, girando sobre un eje, sirve para darle dirección a la embarcación.
Testigos del último astillero en funcionamiento, desperdigados en torno al varadero actual, duermen los antiguos moldes para la construcción de embarcaciones. Su dimensión permite imaginar la complejidad escondida detrás de cada barco. La construcción naval en Adra se remonta a un pasado vinculado a la actividad marítima. En el antiguo recinto fortificado de la villa, se encuentra la plaza de “las Atarazanas”, nombre con el que se denominaba antiguamente al lugar de construcción y reparación de embarcaciones. A finales del XIX y durante el siglo XX, el incremento de la actividad marítima y pesquera dio lugar a una industria cada vez más pujante de construcción naval en el muelle de ribera del puerto. Esta actividad requería de un gran número de artesanos especializados, como carpinteros de ribera, herreros navales, cordeleros o calafateadores.
En la memoria quedan los tiempos en los que el refugio natural de la rada de Adra no era suficiente para los cambios de arte o reparaciones. Las embarcaciones debían ser varadas en la playa al sur de la muralla, pues el oleaje rompía en la misma Puerta del Mar. La habilidad, la destreza y el esfuerzo compartido de marineros y allegados, con la ayuda de bueyes, halaban las naves con sogas o cuerdas, deslizándolas sobre parales, hasta lograr encallarlas en el resbalaje.
Atlas del Patrimonio Cultural en los Puertos de Interés Pesquero de Andalucía
Consejería de Fomento y Vivienda. Agencia Pública de Puertos de Andalucía
Proyectos de I+D+i 2013-2015.
Dinamización de los enclaves pesqueros del Sistema Portuario Andaluz.