REDES Y PERTRECHOS
La zona de toldos da refugio al tendido de redes de arrastre, que por su extensión no son guardadas en los cuartos de armadores.
En los muelles, los artes de traíña se distinguen por su color marrón, que los hace invisibles en el fondo del mar, y su abultado volumen que obliga a su almacenamiento en los muelles cubiertos con lonas. Lo que parece una red homogénea se compone, sin embargo, de diferentes paños de red que dividen el arte en franjas horizontales (cadeneta, rapel, venda), que van modulando la resistencia de la red en su relación con las trallas del corcho y el plomo, de modo que los paños se hacen más resistentes junto a las trallas. El armado consiste en la unión de todas estas partes, el engarce de los corchos y los plomos, cada uno de ellos con las medidas adecuadas. El maestro redero ha de tener en su cabeza toda esta información, labrada gracias a la experiencia acumulada en el trabajo. Cuando llega la parada biológica de traíñas (meses de invierno), es habitual ver la labor de armado de los cercos en los puertos. Por su parte, la remienda es una tarea diaria en la que se arreglan los “rotos” y las “averías” resultantes del desgaste de la red o de los enganches en rocas o piedras.
Tanto el armado como la remienda siguen siendo procesos completamente artesanales. En el caso de los artes de enmalle, el redero recibe los hilos para confeccionar el mismo los paños, procesos que también se pueden apreciar en los cuartos de armadores de cada puerto. En Adra, podemos ver trasmallos, jibieras, red de breca, red de cigala, nasas para el pulpo y la gamba roja, palangrillos. Para la confección de estos útiles de pesca es preciso un profundo conocimiento del medio -los vientos, la topografía de los fondos, las corrientes, las mareas, la luminosidad- y de las especies -su estacionalidad, su localización, su movilidad, las pautas de alimentación y apareamiento.
El instrumento confeccionado por el maestro redero en el puerto, ha de ser puesto en funcionamiento por el patrón en el mar. Calar adecuadamente los artes ha requerido de la observación y la interpretación de diversos fenómenos naturales, y hoy se complementa con los nuevos equipos tecnológicos -GPS, plóteres, sónars, etc-. En el Poniente Almeriense los accidentes geográficos del relieve penibético (Sierras Nevada, Gádor y Contraviesa) eran los hitos visuales que marcaban el rumbo de las embarcaciones y servían para localizar los caladeros, así como las diferentes torres que se divisaban desde costa y que caracterizan el frente urbano. Ya en el mar, los patrones interpretan la coloración de las aguas, su agitación, la presencia en el mar de delfines, gaviotas, cormoranes, alcatraces o pardelas, para seguir los bancos de pesca. En las traíñas es muy importante la labor de los luceros, que han de catar la marea e interpretar su dirección para que el largado del cerco sea exitoso.
Atlas del Patrimonio Cultural en los Puertos de Interés Pesquero de Andalucía
Consejería de Fomento y Vivienda. Agencia Pública de Puertos de Andalucía
Proyectos de I+D+i 2013-2015.
Dinamización de los enclaves pesqueros del Sistema Portuario Andaluz.