FLOTA PESQUERA
Adra destaca por la variedad de su flota. Operan en este puerto unas cuarenta embarcaciones de distintas modalidades: artes menores (22), cerco (11), arrastre (3), palangre de superficie (2). Mientras que las tres modalidades faenan en el mar de Alborán, el palangre de superficie puede navegar hasta aguas de Baleares. Ello significa que la visita al puerto de Adra nos permite acceder a una buena parte de las flotas y modalidades de Andalucía.
Las traíñas recogen la pesquería con más tradición histórica (si nos referimos al siglo XX), destacando la presencia de los botes de luz o luceros, hoy de poliéster y equipados con potentes lámparas. Como antaño, las traíñas realizan sus faenas de pesca durante la noche, calando, si hay oportunidad, también al alba. Por eso, la lonja se abre a las siete de la mañana para esta flota.
El barco de cerco, con una eslora entre 15 y 20 metros, se caracteriza por los elementos necesarios para la faena. Sobre cubierta se aprecia el arte, tintado, en la banda de babor, a popa; junto a él, la pluma para cobrarlo cuando se realiza el cerco. En la misma banda, más a proa, se aprecia el puntal, que recoge la jareta para cerrar el copo por la parte inferior. La jareta es cobrada con una maquinilla hidráulica, y rebobinada en el carrete. Si bien las traíñas antiguas, de madera, tenían amplias bodegas y un puente en la parte de central o posterior del barco, dejando un amplio espacio en la proa para estos elementos de operación de la jareta, los barcos actuales tienden, al ser de fibra, a adelantar el puente de mando –que adquiere más volumen al acoger nuevos dispositivos, e incluso espacios para la tripulación- y ubicar los elementos de recogida de la jareta en la parte central del barco. En la banda de estribor, a popa, se estiban las cajas donde se cargará la pesca. El perfil de la nueva traíña ha cambiado: se trata ahora de un barco con mucho desarrollo a proa, “cabezón”, levanta el puente en un segundo nivel, con un nivel más bajo para la cubierta de faena y estiba del arte.
Por su lado, la flota artesanal ha aumentado su presencia como alternativa al declive de la pesca industrial, introduciendo de nuevo una pesca más diversa y de calidad. Ya no podemos ver los antiguos faluchos y laúdes palangreros, de madera. En su lugar, embarcaciones de madera o poliéster de entre 5 y 12 metros de eslora de promedio, y que van alternando artes de enmalle, trampa y anzuelo en función de la temporada. Los buques presentan distintos perfiles, en función del momento de construcción, del material y del arte predominante. Lo más destacable de su perfil es la popa achatada y los gallos con los que se balizan los artes. En función del tipo de maquinilla (halador para las redes y tambor para los palangres) y las artes que se puedan apreciar en cubierta (canastas de palangre o redes), podemos distinguirlos. El uso combinado de estas pesquerías mantiene viva una tradición pesquera que se actualiza en cada jornada de trabajo, gracias al flujo de saberes y conocimientos que han garantizado un sostenido aprovechamiento del mar.
Atlas del Patrimonio Cultural en los Puertos de Interés Pesquero de Andalucía
Consejería de Fomento y Vivienda. Agencia Pública de Puertos de Andalucía
Proyectos de I+D+i 2013-2015.
Dinamización de los enclaves pesqueros del Sistema Portuario Andaluz.